En mas de una ocasión he comentado lo complejos que podemos llegar a ser la gente del oficio, somos exigentes, somos muy inconformistas, muchos creen que lo suyo quizás es lo mejor, cosa que no comparto, y en muchas ocasiones no dejamos que nos sorprendan, por lo de la ímpetu profesional. Pero también es cierto que muchos de nosotros tenemos una cierta sensibilidad, que hace posible que seamos capaces de disfrutar de las cosas mas insignificantes. Y porque? Creerme muchas veces me lo pregunto y llego a la conclusión que el hecho de tener que estar en guardia tantas horas seguidas, con el alto grado de exigencia y auto exigencia que demanda nuestro oficio, unido a una cierta obsesión a rozar el perfeccionismo, a la presión que hay que ejercer para mantener el nivel, así como la presión que nos ejerce en nuestro día a día el cliente, todo este coctel hace que cuando podemos disfrutar de nuestro tiempo, lo que mas nos guste, lo que mas buscamos, es lo sencillo, lo simple, lo que no tienes en tu día a día y que tanto anhelas, y muy gráficamente pero así de simple como quitarse la corbata, colgarla y ponerte las zapatillas y el pantalón corto.
Si algo muy importante me enseño Santi Santamaria, era a no perder el norte y valorar realmente esas cosas sencillas, yo cuando mas le veía disfrutar era en sitios populares, donde estaba la gente del pueblo, comiendo una buena carne a la brasa y un “cap y pota” en “ Can Mai Tanquis” o en la gran mesa de mantel de papel que tantos hemos compartido, en la localidad de Hostalrich, cal Parrufu, un sitio donde pasando por delante no entrarías , porque no te incita, pero que una vez dentro tienes el mejor producto de toda la costa Brava, cuantos lunes de Sobremesa….
I me doy cuenta con el tiempo, espero que no sea por lo de la edad, quizás por madurez personal y profesional, que valoro mas esos pequeños grandes detalles que nos envuelven casi a diario y que quizás no valoramos lo suficiente, llegar por la noche a casa a las dos de la madrugada, sentarme en mi terraza con un buen puro, una copita de vino, reflexionar, pasear por mi tierra , quizás porque ahora ya no puedo disfrutar de ella todo lo que querría, cuando tengo la ocasión valoro mucho mas esos grandes momentos.
Y escribo estas palabras porque estos días he estado en mi tierra, de visita rutinaria por trabajo a Evo. Como norma me marque que en mis visitas mensuales, aprovecharía mi viaje para conocer restaurantes que tengo pendiente la visita y que de alguna forma tendría que conocer. Hace un mes estuve en el dos Cielos, nos une amistad con Los chefs de esa casa, muy cercanos a Santi sobretodo Javier quien fue jefe de cocina de Can Fabes y porque su Director trabajó junto a Santi en el Proyecto con Hesperia, Santceloni y Evo. Este mes un buen Amigo mío, quien me aguanta las largas sobremesas y rompe su rutina laboral para que no coma solo, es algo que he odiado siempre, creo que es de lo mas aburrido el no poder compartir una buena mesa, me llevó “ secuestrado “ para que conociese la empresa de sus cuñados Jaume y Pere Serras, que dirigen la empresa Art en Buff, especializados en servicios gastronómicos. Quiero resaltar de la informalidad del momento, en un obrador a casi pié de calle , humilde, pulcro donde elaboran sus producciones, me prepararon una de las grandes Cenas que he degustado este Año. Me dieron a probar un producto que van a comercializar ellos en exclusiva de un Maestro
Artesano en Xesc Reina , que hace sin duda las mejores sobrasadas que he podido probar, y soy un apasionado de Ses Illes… os aconsejo que paseis por su página o su Blog y comprobéis la particularidad de este artesano. Pero todo esto de pié, en la cocina, con un cocinero preparándonos varios platos frente a nosotros, con las mejores verduras del Maresme, guisantes, espárragos, calabacines con su flor, habitas, brócoli … toda la verdura de una calidad espectacular y sorprendente. Fue coincidencia, este proveedor había trabajado para Santi y Para Oscar, lo mas sorprendente y que por lo que me comentan Santi en su día le costo creer, que estas calidades son las que están dando en los eventos, algo impresionante en los tiempos que corren .
Comimos unas tostas con buen aceite y sobrasada de aperitivo, unas terrinas magnificas, unas verduras con huevo de corral, unas cigalas aún vivas recién llegadas de la lonja de Arenys y Un Dentol de unos 4 Kg , relleno de habitas, con sus propias huevas, que ni comento, todo esto con auténticos caldos como un Poligny Montrachet Clos de la Mouchere, que con las verduras y la sobrasada fue el maridaje soñado.
Informal, desenfadado, con una calidad de producto bestial, con muy buena compañía, de pié, pero disfrutando sin duda de una sencillez exquisita, cada día mas difícil de compartir y de encontrar, me declaro amante de esa sencillez, y digo en voz alta, que grande es la sencillez..!!
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