Sin duda no siempre lo caro es lo mejor, por mucho que nos empeñemos, muchas veces hay vinos con una relación calidad precio mas que sorprendente , esta claro que hay valores seguros, o grandes añadas o ciertas joyas que sin duda las tendremos que pagar, pero también existen en el mercado vinos muy económicos con altas dosis de Calidad, El vino que Alex nos trae esta semana es un claro ejemplo de que no hace falta gastar mucho para tomar un buen vino…..
Hoy traemos al blog un vino que tuve la suerte de probar en el Salón Peñin 5 STARS
Mejor Relación Calidad-Precio. A estos salones solemos acudir a veces con la idea preconcebida de que va a haber un poco “de todo” y que será un salón más pero la verdad es que estuvo muy bien, probé cosas interesantes y precisamente Orowines (representante comercial de esta bodega y de las demás integrantes del grupo de bodegas de la familia Gil de Jumilla) presentó unos cuantos vinos que mereció la pena conocer y en concreto éste que tenemos entre manos hoy es uno de ellos. Este vino se elabora en las Bodegas Ateca, pertenecientes a la D.O Calatayud, y es una
bodega joven, pues se funda en 2005 en Ateca (Zaragoza) a 14 km de Calatayud. Cuentan con 55 ha de viñedo y el 90% de su producción se destina a la exportación, quedando solamente el 10% restante para el consumo nacional.
Los viñedos con que cuenta la bodega se encuentran plantados sobre suelos pizarrosos en los parajes de mayor altitud de la zona, y siempre segmentados en pequeñas parcelas de Garnacha Aragonesa. Esta bodega está dirigida técnicamente por Sarah Morris, enóloga australiana que está realizando una gran labor y que desde las primeras añadas nos está demostrando el enorme potencial de la Garnacha de estas tierras.
El vino en cuestión es un tinto de crianza que pasa 10 meses en contacto con el roble. Está elaborado con uva garnacha de cepas viejas y ha sido galardonado con 90 puntos en la guia Peñin.
NOTA DE CATA DEL ATTECA 2010: Solamente al ver su etiqueta ya nos llama la atención, tiene un diseño muy atractivo y nos incita a probar ese caldo que se encuentra en su interior.
Al abrirlo encuentro un corcho natural de buena calidad y tamaño. Sirvo un poco en la copa y a la vista compruebo que su color es cereza intenso con ribete azulado lo cual denota su juventud. Está bien vestido con capa media, limpio.
Al acercarlo a la nariz, y a copa parada lo noto con una buena intensidad. Aquí predominan los frutos rojos y negros bien maduros y las notas tostadas, aunque decido decantarlo para ver más rápidamente su evolución. En unos minutos ha abierto más y tras agitar descubro que el vino tiene mucho más que decirme. Ahora es muy expresivo, perfumado.
Aprecio fruta sazonada, notas licorosas que me recuerdan a las guindas en licor, bombón inglés, cacao, canela, ahumados, y un apunte a regaliz. Todo muy bien equilibrado pero sobresaliendo siempre el carácter primario frutal. Paso ahora a la boca, y en su encuentro ya veo que el vino me devuelve lo que me anticipó previamente en la nariz. Es expresivo, pleno, intenso, me llena la boca en su paso carnoso, advirtiendo de su buen equilibrio entre acidez, peso de fruta y alcohol.
Su final es largo, con recuerdos nítidos de frutos rojos como las frambuesas maduras y ligeros destellos especiados. La temperatura de servicio recomiendo hacerlo a 15-16ºC. Lo podemos maridar con carnes blancas, arroces, guisos de legumbres y quesos curados.
Yo ya he reservado una botella para este próximo domingo y lo disfrutaré con buena compañía y un buen Cocido Madrileño.
Salud!!