Disfrutando estos días de un pequeño paréntesis, unos días para compartir con la familia , las vacaciones de semana santa nos hace mas llevadero los meses que quedan hasta las vacaciones de verano, y no me cansaré de repetirlo que somos unos afortunados, ya que en estas fechas en muchas zonas de este país, se encuentran en plena temporada, ya sea por turismo rural, por disfrutar de zonas costeras con curiosos microclimas que permiten disfrutar de unas temperaturas mas que agradables, La zona de Denia, Benidorm o incluso el Delta del Ebro, por no
hablar de las Canarias, el Turismo de Esquí, sin duda son muy buenas fechas para el turismo, justo ayer escuchaba cifras de ocupación en las zonas comentadas que rozan el 100% , en contra, las ciudades sufren un poco mas, si bien hay turismo, las cifras de ocupación son mas bien bajas, a excepción de zonas donde la semana santa tiene como atractivo el motivo religioso de estos días, zonas como Andalucía, donde Los pasos de semana Santa, son devoción y admiración en todo el mundo.
Hoy me gustaría tratar en el Post de hoy , por arraigo a mi tierra, la gran tradición que existe con la mona de Pascua, hablando de su Historia y de lo que representa hoy en muchas zonas de España, donde mas que el motivo religioso, se ha convertido en un motivo gastronómico, donde las mas prestigiosas pastelerías compiten por hacer la mejor y mas espectacular Mona de Pascua.
Un Poco De História…
La Mona de Pascua, se consume coincidiendo con el final de la cuaresma (del Miércoles de ceniza al Domingo de Resurrección) en el que tradicionalmente se llevaba a cabo un periodo de ayuno y abstinencia de un buen número de alimentos.
La tradición marcaba que el padrino de bautizo o abuelo (en muchos casos es la misma persona) regalaba al niño una torta o roscón que llevaba tantos huevos duros como años tenía éste. La edad máxima eran los 12 años por lo que ese es el último año en el que se le obsequiaba y para ello se le colocaba un huevo extra. En aquellas comunidades en el que el Lunes de Pascua es festivo se aprovecha este día para comerse la mona y suele ser habitualmente a la hora del postre o la merienda.
Los primeros escritos en el que aparece esta tradición apuntan al siglo XVIII, aunque alguna fuente lo lleva hasta los tiempos en los que la presencia morisca estuvo en nuestro país. Fue a partir del siglo XIX cuando las confiterías empezaron a realizar las monas tal y como las conocemos hoy en día, en el que los huevos duros fueron reemplazados por otros de chocolate y se comenzó a adornar y llenar de figuras, teniendo poco que ver con las sencillas y tradicionales monas de pascua.
Tendencias
La tendencia en los últimos años se reparte entre las monas tradicionales, que mantienen con fuerza un tirón de venta entre un público adulto que busca elaboraciones de antaño, masas frescas y decoraciones simples y otra línea de producto, la de los huevos de chocolate de diseño, populares para regalar a los niños sin dejar a un lado una alta calidad en el producto y un cuidado acabado manual.
Pastelerías como L’Obrador Forn Artesà se esfuerzan por dar a conocer la mona de Pascua más tradicional, El maestro pastelero Pere Roche elabora una mona compacta 100% artesanal a partir de una tierna masa de brioche de mantequilla, hecha con masa madre y fermentos naturales. La rellena de crema cremada y la presentada con una decoración de huevos hervidos (que pueden sustituirse por unos de chocolate)
La cadena Turris también opta por este tipo de mona, de elaboración pausada y ancestral. Como buen enamorado y defensor a ultranza del pan, Xavier Barriga, recupera la receta tradicional de panadero; con una base de briox –elaborado con aceite de oliva virgen extra, mantequilla, azúcar, harina de gran fuerza, ralladura de limón y naranja y su secreto, una fermentación de más de 12 horas- adornada con un huevo duro en el centro.
Otras pastelerías se decantan por elaboraciones de huevos de chocolate, defendiendo que la base y la esencia de esta tradición es el huevo. Es en este tipo de elaboraciones donde se mide la técnica y maestría de los chocolateros. Es el caso de Oriol Balaguer, virtuoso del chocolate donde los haya, aunque sus elaboraciones están más cerca de la escultura que del huevo de Pascua al uso.
El huevo también se utiliza como base para reinventarlo en forma de animales. Es la apuesta que hace Mey Hofmann que, además de elaborar el pastel de mona, da rienda suelta a su imaginación cada año con nuevas figuras de chocolate Valrhona.
Esto son solo algunos ejemplos de maestros pasteleros que durante estas fechas elaboran auténticas obras de arte, pero hay muchos mas, y algunos de ellos muy desconocidos, en pequeñas poblaciones rurales en la Catalunya mas interior, donde las pastelerías mas tradicionales, siguen año tras año sorprendiendo a los mas pequeños par el disfrute de los mayores, a quien le amarga un Dulce?