Como cada mañana, cojo el coche alrededor del mediodía, para ir a trabajar, vivo unos kilómetros lejos de la urbe, soy de pueblo, y el ritmo frenético de la ciudad es demasiado para mi, necesito este momento de conducción para aparcar las tensiones, los nervios, los problemas y llegar fresco a casa. Circulando uno va pensando en el día que empieza, reuniones, clientes … y por suerte en mi trayecto, tengo las vistas impresionantes de los campos Toledanos, con esas extensiones de olivos, Cereales, ahora verdes a rabiar, en verano secos pero con su encanto especial, y como no los Cerezos y almendros con sus flores, que siempre son el indicador de que algo ya está cambiando en el clima y empezamos a dejar el invierno atrás, para dejar paso a la deseada primavera. Hoy observando estos campos, estos cerezos florecidos, me he acordado de mi infancia, de cuando no teníamos tantas consolas y entretenimientos digitales, y vivíamos mas en la calle, jugando con nuestros amigos o inventando como se dice en mi tierra donde hacer daño. Como he comentado soy de pueblo, y de un pueblo de montaña, donde uno de los atractivos era pasear por el bosque, por los campos y subirnos a los árboles, a veces entrando en alguna finca, a comer las Cerezas de esos preciosos árboles, o a las higueras, tengo
que reconocer mi predilección por los higos, o comer las avellanas o almendras verdes y amargas. A veces me encantaría, por un momento revivir esos instantes, que siempre viajan con uno y resurgen en el momento menos pensado.
Hoy rescato un texto de Santi, de su libro Palabra de Cocinero, donde nos habla precisamente de este fruto tan peculiar, Las Cerezas…..
Las Cerezas De La Felicidad
Recorrer la carretera que enlaza Arenys de Munt con Argentona, en el corazón del Maresme, es una experiencia embelesadora si coincide con la temporada en que los cerezos están en flor. El sentido común, ese conjunto de nociones generales que todas las personas tenemos sobre la naturaleza de las cosas y sobre las acciones humanas, nos tendría que asistir en la toma de decisiones sobre la protección del medio rural, tanto por su riqueza paisajística y ecológica, como por el hecho de que en este medio y sus paisajes tenemos nada menos que el futuro contenido de nuestros platos.
Los cerezos salvajes se han difundido gracias a las aves migratorias, que los trajeron a Europa desde su lugar de origen, en el norte de Asia. Otra cosa son, A los cerezos fruto de los implantes que el hombre le ha venido realizando después de siglos y que ha dado un recetario amplísimo que desde comerlas frescas bien maduras justo recién cogidas del árbol, hasta la preparación de mermeladas, jaleas, confituras, aguardientes u sofisticados postres de chocolate como aquella irreverente tarta que Pierre Hermé creó para Fauchon y qu el a mayoría de mortales elaboradores de chocolate saben que es perfecta.
Las cerezas han dado al mundo de la cocina dulce los deliciosos clafoutis, que aromatizados con vainilla de Taihití , son sublimes. Es un postre rústico que tiene su origen en la región Francesa de Lemosín, elaborado con cerezas negras sin deshuesar, cocidas en una crema, y servido tibio, con azúcar espolvoreado; prueben a hacerlo con unas cerezas del valle del Jerte y saboreen la grandeza de Extremadura, que tiene productos de una calidad única.
Las cerezas son de fácil digestión y, por ser tan apetitosas, son óptimas para las personas obesas para engañar el hambre, tal y como el doctor Plus Font i Quer certifica en su obra Plantas medicinales. El dioscórides renovado, que es, a mi juicio, un libro imprescindible en toda biblioteca culinaria o gastronómica que se precie.
Las cerezas como dice el doctor Font, citando a Andrés de Laguna, confortan mucho el estómago,restituyen el apetito perdido, mitigan la sed, atenúan los ardores del vientre y adelgazan los humores viscosos y gruesos que impiden la digestión.
Ya no vivimos en aquellos tiempos en que los chavales de los pueblos trepaban a los cerezos y se comían las cerezas con deleite; esos muchachos parecían disfrutar más de la vida que los niños devoradores de Bollycaos de hoy, que sólo andan para ir del piso a la escuela, y solo les toca el aire fresco cuando salen al patio a la hora del recreo. El tiempo de las cerezas era el tiempo de felicidad. Yo no puedo dejar de asociar el sabor de las cerezas en verano con una comida campestre, rodeado con amigos y disfrutando de los buenos momentos de la vida; esos momentos que también nos proporcionan una cerezas con foi gras, o una sopa de cerezas, que nos evoca la cocina Alemana, o un delicioso escabeche de bacalao con cerezas, por exótico que nos pueda parecer. Este verano no se las pierdan, coman Cerezas por Favor!
He leído alguna de tus entradas, y estraría bien que revisaras tu ortografía porque da pena que un jefe de sala sea tan parco en su propia lengua.
Aprecio sus comentarios, es mas los agradezco, intento siempre poner el máximo de empeño en la corrección de los textos, incidiré mas si cabe, siento darle » pena » , sea o no un jefe de sala o me dedique a cualquier otro ofício, hay que poner esmero en dominar, como usted bien indica, su propia lengua.
Saludos y gracias por pasar por mi Blog