Con motivo de la parte que dedico en mi tiempo a laboral a mis nuevas funciones en la compañía, como asesor de F&B, me toca viajar, y pensar que hace unos años llegue sufrir cierta claustrofobia, no podía coger un avión, por suerte, con paciencia y trabajo las cosas se superan… Pero hoy no les quiero hablar de mis miedos, mas bien de algo que pensé hace dos día cuando cogí el metro, para ir al aeropuerto, de viaje desde donde hoy les escribo, la bella Roma.
Ya en alguna ocasión les he comentado de la importancia de los gestos, de como nuestro cuerpo habla, de lo que nuestras manos expresan o nuestros ojos, espejo de nuestra alma.. y me reafirmo, en un vagón de tren, sentado con tanta gente enfrente, a los lados, empecé a imaginar… ,¿ En que estarán pensando, que pasará por su cabeza, a que se dedicarán, como se encuentran, donde van, negocios, familia..?
Intenté sacar un perfil , como si fueran mis clientes, lo que intento enseñar a nuestro servicio, ¡ Ojo! no a etiquetar, que son dos cosas distintas, ni mucho menos a juzgar , lo que en muchas ocasiones hemos escuchado, dime como vistes y te diré por donde caminas… Esto ya no es así , la forma de vestir hoy en día, no es un motivo para encasillar a un perfil de público y tendría infinidad de casos para comentar que avalarían esta reflexión, de echo desde Santceloni, pasado los años, hemos ido entendiendo estos cambios, hay que adaptarse a una sociedad que ya no se rige por unas normas tan estrictas y desde lo Casual también se llega al lujo.
Hablo mas de lo que no se ve, de lo difícil de sacar el estado emocional de un cliente, ver si está preocupado, nervioso, pendiente o aislado, interesado o ausente, ver lo que demanda de nosotros, ver que necesidades tiene, y creo que por esto pasa el servicio del futuro, huir de los tópicos, adaptarnos a cada perfil según nos demanden y no ser standards, lo que tantos años nos habían inculcado hoy ya no sirve del todo.
El cliente ha evolucionado, el cliente cada vez es mas conocedor de lo que hacemos, viaja y mucho, prueba , aprende y exige , y en la actualidad nos está pidiendo a gritos un cambio, menos distanciamiento y mas cercanía con el respeto infranqueable que debe existir, pero con un mayor relax sin por ello renunciar a la elegancia y el Savoir Faire.
En el metro no vi miradas, todas ellas perdidas, por eso el titulo del post, sin miradas, sin el contacto con el cliente, no hay lectura, no podemos ver como esta, no hay el contacto visual tan necesario y vital para poder responder, igual simplemente con una mirada, ya que en muchos casos, sobran las palabras…
Buena intuición, Abel.
Un saludo
Gracias Jesús, la importancia de las miradas…hay tanto que decir y tanto que ver!!
Un abrazo!