Llevo un tiempo observando la cuidada presentación de muchos vinos, esto según un amigo conocedor de datos de primera mano favorece las ventas mucho, sobre todo donde el porcentaje de ventas está subiendo innúmero que es en tienda especializada o gourmet,
– ¿así de fácil?
– ¡así de complicado!
Resulta que en una etiqueta de vino se comunica más que en una cata comentada (…), si, parece frío y duro pero aquel que ve una etiqueta curiosa con un diseño llamativo no pararía nunca en mirar la típica contraetiqueta con nota de cata, instintivamente mirará el precio y si está en sus cálculos se la lleva! y la luce, y la pregona porque tiene un valor añadido que la gran mayoría de enófilos y profesionales no hemos sabido valorar en vinos de precios moderados. La etiqueta dice más de la intención del creador del vino que la cata de la contraetiqueta, sujeta a la fecha en la que se hizo, quién lo cató, cómo y porqué…
Claro que un vino caro puede optar a diseños lujosos, pero no se trata de lujo ni de sus antípodas chabacanas, se trata de un ten con ten en el que la calidad y el precio se embellecen ya sea con una obra simpática, llamativa, o sencillamente bonito y agradable de ver, a veces con mensaje, otras simplemente llamativas, son todas un cúmulo de trabajosos estudios y en resumidas cuentas una obra de arte. Pero ojo que no es de ahora el tema de las etiquetas resultonas, de eso saben mucho los vinos de Jerez y todos hemos visto en alguna ocasión publicidad antigua enmarcada donde son protagonistas los vinos con un curioso mensaje como las que adjunto.
En fin, desde los “Marcianos” Riberanos al “Pericus” Francés pasando por el loco Toledano son cientos de etiquetas que por su nombre en las cartas de vinos, y curiosa presentación tienen muchas más posibilidades de darse a conocer que aquel que se limita a hacer un buen vino y lo presenta sencillamente. Así de fácil, y de complejo.
Gastronómicamente vuestro
Salud y buen vino!
Adán Israel ,Presidente ASUMAN , Vcpte. Asoc. Sumilleres CLM