Ya en mas de una ocasión, hemos hablado del otro yo que nos acompaña incluso cuando no estamos trabajando, en momentos de relax, vacaciones, disfrute, es algo innato, un registro que los profesionales de nuestro sector tenemos en modo standby, y que hace que ante algunas situaciones se nos activen las funciones. El análisis es de formación profesional, el valorar como te están atendiendo, lo bien que estas comiendo, lo a gusto que te has sentido, hay que sumar a la experiencia de cualquier cliente, las sensaciones que por oficio tienes en tu cabeza.
Y creo que en muchas ocasiones nos hace incluso reflexionar, bendita reflexión… Donde menos te lo esperas, donde no esperabas encontrar nada o donde no pretendías, se te aparece de forma ocasional y casual una luz que te abre los ojos y te dice , esto es la base de tu oficio… Voy a ponerles en antecedentes , mas que nada para que no se piensen que me he iluminado o me he vuelto demasiado trascendental, ni mucho menos…
Hace unos días , con motivo de un viaje organizado a León, dentro de los viajes que estoy reliazando por asesoría a Nh dentro de Nh Collection, tuve una de esas iluminaciones, que hacen reflexionar, y que en muchas ocasiones nos preguntan los periodistas cuando nos entrevistan, ¿Que esperamos de un profesional de Sala que venga a trabajar a nuestras casas?.
Nos sobraron unas horas por la tarde, cuando el sol ya empezaba a ocultarse después de un arduo día caluroso, de los que mas se recuerdan por la zona. León estaba muy ambientada, mezcla de turismo con la gente local que salía y ambientaba las principales calles de la ciudad, me sorprendió ver la cantidad de locales , zonas de tapeo y como estaban repletos de gente, buen síntoma pensé, bueno para estos negocios. Nos llevaron a distintos locales , par conocer un poco mas de esta bella ciudad, sus costumbres culinarias, y locales de moda, al final de todo este recorrido , nos apetecía sentarnos, y buscamos un hueco en medio de una terraza que estaba repleta y solo se vislumbraba una mesa libre.
Que se espera uno encontrar , bueno por volumen masificado, ajetreo, nerviosismo por parte de los camareros, algún camarero que está malhumorado, tiempos de espera, algún cliente que se pone impertinente y provoca el enfado de quien le atiende, todas estas situaciones que en muchos casos hemos vivido en época estival en las terrazas de nuestro país.
Pues aquí es donde mi sorpresa fue mas que grata, nos atendió Eli, una chica joven , que mostró un dominio del temple ante la situación que estaba afrontando, con la terraza masificada, con clientes queriendo sentarse, preguntas que le rodeaban por parte de distintas mesas, mi parte profesional se pudo a analizar, una persona con porte, andando con control de situación sin aspecto desbordado, analizando con la visual todas la mesas y lo que sucedía en ellas, priorizando según observaba las necesidades de cada cliente, contestando a las preguntas que le formulaban, pero lo mejor, con una sonrisa que se ganaba a todo su publico, y esta es la base señores, nos obsesionamos en llenar de experiencia nuestros curriculums y por el camino, se nos olvida los esenciales, saber tratar , saber sonreír, una sonrisa vale mas que mil palabras, es capaz de curar, y de arreglar el alma del mas enfadado con el mundo… Salió de alguna de nuestras preguntas, mas que airosa, sin apartar su sonrisa en ningún momento, y esto señores a día de hoy es un valor seguro, destacable y que admiro.
Me hizo reflexionar, de lo que espero de nuestros equipos, de como atendemos, de como con un sonrisa somos capaces de ganarnos a nuestros clientes, sigo creyendo que las primeras impresiones son las que mas cuentan, y de como recibamos y atendamos a nuestros clientes, dependerá en gran medida el éxito de nuestras casas, y recuerden, cuando menos te lo esperas, aparece alguien que te recuerda a que nos dedicamos…
Hola Abel, gracias por compartir estas experiencias tuyas y pensamientos con nosotros.
En relación con lo que comentas en tu escrito de hoy, desearía hacerte llegar una frase que corresponde a un proverbio escocés y leí hace poco: «La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz».
Que te acompañen todas las sonrisas posibles. Un abrazo
Lurdes
Buenas tardes Lurdes, perdón por no contestarte antes, estoy un poco desconectado en vacaciones recuperando fuerzas para la nueva temporada, Bonita y sabio Proverbio , para mi una sonrisa y una buena mirada, valen mas que mil palabras ! Un abrazo y gracias por pasarte por el Blog…