Hoy les acerco otra de esas reflexiones que nacen fruto del día día en nuestra casa, reflexiones que me son muy válidas para pensar y profundizar sobre las distintas situaciones que nos toca vivir en nuestro que hacer diario, y que en muchas ocasiones nos ponen a prueba, y hace aflorar lo positivo y a veces lo negativo, de lo que sin duda nos toca aprender y mejorar…
Hace unos días, en uno de esos días de lleno casi absoluto, mediodía, nos tocó vivir una jornada de stress , de presión, la indirecta la que nos inducimos nosotros mismos por el siempre presente miedo escénico a la interpretación , como si fuera el día del estreno de nuestra obra, y la mas directa aquella que nos produce nuestro cliente, provocada por distintos factores, poco tiempo para comer, prisa por volver al trabajo, o por reclamar una completa y sin cesar atención .
Y de aquí el título del post, tenemos que tener una actitud cameleónica, el saber digerir las distintas situaciones que a veces nos encontramos en un servicio, la verdad que muchas veces resulta muy difícil, en un mismo grupo de mesas, encontramos a los gastrónomos aquellos que vienen a que les expliques ingrediente por ingrediente, elaboraciones, historia etc.. Luego el Business , con un perfil directo al negocio y donde el plato pasa casi desapercibido, manda la situación y el momento frente a la gastronomia, pero también encontramos al que es muy exigente, que cuando nos pide una cosa la quiere inmediatamente, sin haber pasado 1 minuto , la vuelve a pedir, y pasa otro camarero por su lado y la vuelve a pedir…. Yo comprendo que en muchas ocasiones, para un camarero, estas situaciones tan vario pintas, pueden llegar a desencajar, y en muchas ocasiones incluso a frustrar.
Pero de aquí mi reflexión, este perfil de cliente que tanto nos exige, que nos demanda, que nos presiona, nos pone a prueba en nuestra capacidad de saciar el hambre de demanda , si somos capaces de controlar, de conllevar esta presión, trabajarla, darle respuestas que le tranquilicen y lo mas importante adelantarnos a los hechos, ir por delante y no esperar a que nos pidan las cosas, sabemos que ira por ese camino, adelantemos nosotros los hechos y seguro que le sorprenderemos.
Lo que no hay que hacer es ponerse en una vertiente negativa, pensando en etiquetar a un cliente que por ciertas actitudes, nos gusta mas o menos, porque ante esa actitud nuestra,reforzaremos su convencimiento y justificación de presión, lo peor , se nos notará que no estamos contentos con lo que estamos haciendo y no disfrutaremos con nuestro trabajo. Se que es difícil, yo mismo tuve esta conversación con un miembro de mi equipo, quien me reflexionaba que ante esta situación , lo mejor es educar al cliente y decirle que no le queremos atender con esta presión. Yo le hice ver las distintas partes y que les he expuesto en este texto, nuestra labor no es educar al cliente, el cliente tiene unos derechos y también unas obligaciones como siempre he defendido, sus obligaciones se reducen a pagar su cuenta, a tratar con respeto al equipo y ser educado en el trato, nosotros tenemos la obligación de atender a todo nuestro público lo mejor que sepamos, al margen de gustos personales, es aquí donde demostraremos toda nuestra profesionalidad , y cuando nos encontremos con este tipo de situaciones, como los Camaleones cuando cambian de Color, cambiaremos de Rol y daremos a cada cliente lo que precisa y necesite con nuestra mejor sonrisa….. Que empiece el Servicio