Algo tan habitual y a la vez insano, es el hecho de hacer cola, como coloquialmente se conoce a una Hilera o fila de personas que esperan su turno. Y digo habitual porqué en nuestro hacer diario nos encontramos distintas situaciones donde de forma directa si pretendemos conseguir, comprar, obtener, disfrutar , debemos pasar por ello, por no hablar lamentablemente de aquellas colas a las que mucha gente se ve sometida en los últimos tiempos, las colas del paro, colas para conseguir alimentos o productos de primera necesidad…. Hoy me refiero a mi sector, a las colas en los restaurantes.
Este fin de semana me encontraba sentado en un local de un centro comercial tomando un aperitivo y observaba un restaurante del mismo centro , colindante a donde yo estaba sentado, con una cantidad de gente haciendo cola espectacular , hecho que me llevo a pensar sobre este asunto , que como ya les indicaba , intento en la medida que puedo huir de este tipo de situaciones, todo y que a veces es inevitable .
Observando , pude ver distintas situaciones y analizar algunos aspectos que iban ocurriendo, primero lo que me vino a la cabeza y lo que todos hemos escuchado: Si hay gente quiere decir que lo hacen muy bien !! Es un populismo , que sin duda atrae gente y que seguro que en muchas ocasiones parte de razón tiene, todo y que se tendría que profundizar, en muchas ocasiones corresponde a una gran oferta entre calidad/precio, que siempre tienta a que estos perfiles de locales estén a rebosar, locales informales , de ambiente familiar ideal para ir con niños, donde hay una amplia oferta y lo mejor, que no daña al bolsillo de forma exagerada. En muchas ocasiones no se cumple el mito, puede incluso que su calidad nos decepcione o al contrario que por no tener mas remedio entremos en un local vacío y comamos como los dioses, pero por algún motivo, en muchos casos puramente comercial o de comunicación, no ha llegado a los clientes, y ya sabemos que la mejor forma de comunicación es el famoso boca a boca que tanto ayuda o tanto daña.
Observé como poco a poco se añadía mas y mas gente a la ya de por si exagerada cola, yo me preguntaba , ¿ Habrá límite? , ¿ Llegará el momento en que el encargado, o Maître se vea forzado a comunicar que es imposible atender a mas gente? Claro yo observaba una discordancia entre personas que entraban , personas que salían y aumento de gente en la cola, algo fallaba, de hecho, media hora después el problema seguía creciendo y lógicamente yo dejé la observación para otro día .
Observé el cambiar de la gente, como llegaban con ilusión por lo que representa en si el acto y la fiesta de salir a comer, la primera decepción al comprobar la larga cola que soportar, y a medida que avanzaban los minutos, las caras de desesperación, en algunos casos incomprensión e incluso ira, a todo esto unido, ruidos , niños desesperados reclamando sentarse, y el instinto animal de hambre, que aflora cuando ya llevamos algún tiempo de mas sin vianda alguna y que es capaz de sacar lo peor de todos nosotros….
A todo esto unido, la desesperación del personal del restaurante, sin capacidad de reacción, ante tal avalancha de clientes esperando, sin recursos ni soluciones , ya que muchos clientes estaban disfrutando de una larga sobremesa , con su café , copa y puro porque no es debido sino seguro que también .
Me angustié, por oficio cuando vivo esta situaciones me pongo en la piel del profesional , como no, y a pesar de estar en otro estilo de hostelería , he vivido este tipo de situaciones, muy difíciles de lidiar . La conclusión mas certera que pude sacar, es que odio las colas, no las soporto, no me quedará mas remedio en muchas ocasiones que aguantar, ya que la vida no es un parque temático donde comprando un pase VIP se solucionan los problemas ¡Menos Mal!…