
Escribo este post aún con la piel de gallina después de la vorágine de estos días tras la apertura , con todas las emociones que han surgido, lo tenia claro, soy animal de batalla y adoro estar en el escenario volviendo a interpretar la mejor de las obras, sonreír, disfrutar, hacer vivir a los demás una gran experiencia y que sientan la pasión con la que enfrentamos cada día el servicio, sin excepciones desde el primer de los integrantes hasta el ultimo miembro del equipo, todos forman parte de este engranaje al estilo y precisión del mejor de los relojes Suizos donde todo tiene su importancia y su motivo, uno sin el otro no funcionan .
Hacia tiempo, demasiado que no volvía a sentir el cosquilleo en el estomago, esos momentos antes de abrir las puertas del restaurante, cuando estas preparando el Breafing con todo el equipo y te asaltan dudas, temores, nervios y piensas a ver que tal va todo hoy…
Hacia tiempo que un cliente no me emocionaba con sus palabras, dimos un gran servicio, nos volcamos en cuerpo y alma, y al salir con los ojos aguados me miró, y dijo con la voz entrecortada, que era la mejor experiencia que había vivido en mucho tiempo y que habíamos conseguido emocionarle, no puedo añadir mas palabras a esto, si alguna vez buscamos sentido a nuestro día día, esta claro que no hay mejor recompensa que ver a un cliente feliz y emocionado y que hemos conseguido impregnar de la pasión con la que afrontamos nuestro trabajo .
Esto es el alma , el motivo, la base de un buen profesional, el filón donde agarrarnos en aquellos momentos de debilidad cuando dudamos, cuando el cansancio nos abruma, o aparecen en nuestra cabeza las voces perturbadoras que te hacen dudar del porque , no hay otro motivo , por supuesto mas básicos, pero emocionalmente , no hay mejor motivo que la sensación del deber cumplido y la sonrisa de nuestro equipo por disfrutar trabajando y trabajar disfrutando …

Saben que han sido momentos duros, y lo he publicado anteriormente, y no soy de los que se lamentan o se revuelven continuamente en las penas buscando el consuelo, al contrario, miro adelante, me tropiezo me caigo , aprendo y intento sostenerme mejor la próxima vez, lecciones de vida, de la vida misma y donde si eres inteligente y sabes analizar las segundas oportunidades, te harán mas fuerte, mas seguro, con mas experiencia y mejores capacidades que cuando te tropezaste la anterior ocasión .
No puedo estar mas feliz, es duro como cualquier apertura, Pero ahora mismo Desde1911 esta en el punto de partida que nos habíamos propuesto, trabajando y asentado las bases de lo que creemos es nuestro proyecto soñado , algo radicalmente distinto, personal, cambiante, poco conformista y muy exigente, rompiendo las reglas de lo que entendemos por ”Normal ”. Cada dia nos reinventamos, es un empezar de nuevo , es la sensación de escribir un nuevo capitulo , al margen de mantener un estilo pero con la incógnita y la capacidad de reacción e improvisación ante un restaurante que no es nada estático ni aburrido , para el cliente y para todo el staff .
Y esto es lo que le hace único, unido a un producto excepcional, un marco inigualable, una calidez y calidad exclusivos y un equipo entregado a cuerpo y alma por y para los clientes, con una propiedad detrás que vive con la misma intensidad y emoción minuto a minuto todo lo que va sucediendo .

Tenia claro que volver volvería, tenia claro que estar en un entorno familiar me transportaría a otros momentos muy importantes en mi vida donde todo tenia un sentido mas carnal y real , y tenia claro que tras las tempestades , con esfuerzo y sin dar nada por hecho o ganado , volvería a sonreír, así es mi sonrisa hoy , de lado a lado con muchos retos y con la misma emoción que aquel camarero que empezó en el año 1994 en el Castell de Perelada… centrado y queriendo demostrar día a día la importancia de nuestro trabajo con la única forma que se o la que mejor se me da, trabajando .
Seguimos, nos caemos , aprendemos, nos levantamos y reconstruimos
Abel Valverde Pareras
«Esto es el alma , el motivo, la base de un buen profesional, el filón donde agarrarnos en aquellos momentos de debilidad cuando dudamos…»
Eso es para quienes «nos gusta la trinchera» como digo yo, para los «animales escénicos» ;-)))
La emoción de la sala es que no hay dos servicios iguales porque no hay dos mesas iguales, es porque nos gusta ese subidón de adrenalina en el que sin apenas tiempo para pensar pero donde el automatismo no sirve, tienes que resolver, rectificar, compartir, ilusionar y darlo todo. Y cuando el engranaje funciona y arrancas una sonrisa, una expresión de sorpresa, de alegría… cuando consigues esa complicidad, cuando «enderezas una mesa» que a lo mejor no empezó tan bien… pocas cosas se le pueden comparar.
Es como una orquesta en la que todos los músicos están por y para la obra que están tocando, olvidando egos y lucimiento personal. Sencillamente catártico.