El Tema de hoy puede parecer escabroso, pero es mi realidad y la cuento como la veo desde estas letras que me permite Abel os cuento de cómo muchos de mi generación llegamos a la hostelería, desde un punto de vista global, así, de lejos.
Cuántos de nosotros éramos niños y en las barras de los bares o en los comedores nos quedábamos mirando a los camareros que se movían rápidamente, cada uno con su idiosincrasia, pero todos con el factor común del servicio y atención al cliente, nos hacían un poco más felices, nos daban el vaso de agua ese de “señooorrrr porfavorrrrr mipone un vasodaguaaaa?” nos trataban con una sonrisa y eran el confidente de nuestros desfasillos puberales.
En mi caso y en el de gran parte de mis amistades siempre hubo una relación con la Hostelería ya sea por extras o por familiares que vivían de ella, además que en los ochenta el boom de bares y pubs nos lo comimos con patatas, literalmente, así que en todas las familias había un camarero de una u otra forma y en el mío era mi hermano mayor Paco, que trabajaba en una cervecería y luego daba muchos extras en salones de banquetes en Valdepeñas y donde le llamaran, me chiflaba verle en la barra y que me sirviese un mosto, y escuchar hablar de vinos a los clientes.
De pequeño me encantaba (como a todos, creo) ir a bares y Restaurantes y observar los quehaceres de los camareros, sus chascarrillos y poco a poco y creciendo llegaba a imaginarme como uno de esos camareros que veía en las películas trajeados, elegantes, respetados señores que traían manjares bajo cúpulas plateadas que debían ser delicias!, entre mis escenas favoritas siempre he tenido esta de “el mundo en sus manos”:
Y la de Guido haciendo una superventa en “La Vida es bella”
Pero el día que renegué de mis estudios de FP Agrária y de seguir con el negocio familiar decidí que esto había que tomárselo en serio, en el pueblo se oía alguna que otra vez eso de que si no vales para otra cosa, a camarero, y eso me ofendía, observando cómo se lo curraban mi gente tratando de dar servicio, atendiendo de manera simpática y realizando dignamente un trabajo que no es para cualquiera, donde los fines de semana y festivos son los días de más trabajo, donde se trabaja de noche y la jornada es mucho más larga, donde no deberían estar más de uno y solamente los que tengan vocación, y además formación, sin base no hay más que uniforme (algunos casos ni eso), sin formación no hacemos más que darle trabajo a Chicote y a los cibergastrotalibanes.
Decidí de formarme en Escuela de Hostelería como tantos, y vi como compañeros se quedaban fuera, se daban cuenta que a pesar de la formación y de los méritos de cada uno la Hostelería era lo que era, incluso los hubo que después de formarse cambiaron de oficio, y e de reconocer que yo estuve a punto, porque en esto como en todo hay altibajos y la primer década del siglo veintiuno ha sido dorada para aquellos que “se ganaban el pan de lunes a viernes”.
En mi caso decidí hacerme Sumiller gracias a la imagen que tenía del gran Custodio López , soy sincero, me impresionó él y su buena prensa, y además es Manchego!! Qué más oiga!?, y gracias a un proyecto de Adolfo Muñoz pude formarme y ejercer en Toledo, y pese a todo y tantos me va bien, y hoy como aquel día volvería a decirle a mi madre que quiero ser Sumiller, un buen camarero especializado, y que además de los buenos, como ese de Villatobas. Mamá, quiero ser artista!
Gastronómicamente vuestro
Adán Israel ,Presidente ASUMAN , Vcpte. Asoc. Sumilleres CLM
Salud y ¡mucha Mancha!