Concursos mundiales, guías, blogueros, gurús y prescriptores conocedores de su oficio y del ajeno, este mundo de la gastronomía está lleno de gente que de buena gana se dedica a describir y valorar el trabajo ajeno, algunos profesionales, otros aficionados, en cualquier caso el valor de puntuar es un añadido que en algunas veces se puede malinterpretar, y es que no deja de ser algo subjetivo y sujeto a tantos parámetros que ni el puntuado ni al que remiten la puntuación pueden estar de acuerdo, y personalmente pienso que no deberíamos darle más importancia de la que tiene como mera referencia.
En el caso de las botellas de vinos cargadas de pegatinas de medallas y premios se sobreentiende que debe ser bueno, estar muy rico, luce premios que nadie sabe quién otorgó o de qué manera se consiguió, las suspicacias son fundadas porque excepto grandes concursos que se vanaglorian de tener un plantel de catadores profesionales que prueban a ciegas los productos a puntuar, excepto esos que muestran imágenes de qué bien se hacen las cosas, los demás nos llega la pegatina o la referencia en tal publicación, y digo yo, ¿será rentable?. El tema de los críticos de Restaurantes prefiero dejarlo, porque hay una diferencia abismal entre lo profesional y el buscavidas, tanta que canta más que “la Caballé”.
No hace mucho un amigo bodeguero me replicaba que los blogueros pedimos vinos incesablemente y que no siempre se veía una labor merecedora de esa botella y esos portes pagados gentilmente, además, esto se lo leyó a el Señor Pancho Campo (…) que lo publicó no hace mucho. Servidor se jacta de cumplir con los que me envían botellas, si me gustan, si no hay defectos, les hago una videocata comercial (las que hago de corazón, como Sumiller) en HD y la cuelgo en youtube, además de fotos y comentarios. Creo que es algo debido y si, conozco algún gorrón, como conozco a muchos que se pagan su vino y cuentan lo que les parece tal cual, pero sin buscar ningún beneficio comercial ni beneficiar con puntos de más a nadie. Algo ideal como en su momento pensó el creador de tripadvisor y similares, utopía pura porque, como ya hace un tiempo comentaba en el blog de Abel acerca de los #Gastrotalibanes, esos que después de comer en cualquier lugar o probar cierto producto le dedican unas letras de todo menos favorables, buscando la pega y el “pero…”, utilizando las nuevas tecnologías para hacer pública su “opinión” en afán de protagonismo, sin tener que demostrar nada más que su mala leche. Esos también puntúan.
El caso es que los premios y puntuaciones no son más que datos de otras personas, la gastronomía es un arte, los productos y el servicio van de la mano y a cada uno nos llega una impresión tan distinta que, a estas alturas del siglo XXI parece ridículo nos quieran sugestionar con una puntuación alta, o la medalla que “ganó” en tal o cual concurso. Quede mi respeto por los auténticos profesionales que hacen de jurado de un modo serio y riguroso, a los que internet está comparando a petimetres hocicones que juegan a criticar sin conocer el sentido real de ese verbo, buscando un beneficio oscuro.
Adán Israel ,Presidente ASUMAN , Vcpte. Asoc. Sumilleres CLM
Gastronómicamente vuestro…