Con alegria hoy les publico un texto de quien fue colaborador habitual de este Blog, compañero de oficio y de batallas, gran profesional y mejor persona, que actualmente oficia en la terraza del Casino como Maître, Alex nos habla de la importancia de la sonrisa en el trabajo y en la vida misma….
Aunque se trata de un gesto de los más sencillo, la sonrisa es una de nuestras “armas” más efectivas ante la vida y por supuesto en nuestro oficio. Pero aunque no nos cuesta nada, porque sonreír es gratis, parece que muchas veces nos cuesta mucho más de la cuenta. La sonrisa es una actitud ante todo.
Uno de los simples placeres de la vida social, que pasa casi desapercibido por ser automático, es sonreírle a alguien y que te corresponda con una sonrisa.
Todos sabemos de los beneficios de una sonrisa ante enfermedades y como sirve de ayuda a aquellas personas que están en fase de recuperación, post-operatorios, etc el hecho de afrontar las enfermedades con optimismo y sonreír a las adversidades. Al mal tiempo, buena cara.
Admiro a la gente que sonríe con facilidad, porque me transmiten buenas vibraciones, es más, me gusta estar con ellas, me hacen sentir bien. Los que me conocen saben que soy una persona seria, pero trato de esforzarme por sonreír, sobre todo en nuestro trabajo cara al público. Para ello pienso en cosas positivas, en la suerte que tengo de dedicarme a lo que me gusta.
Sonríe a los Clientes:
Los servicios se afrontan desde el principio al final, sin bajar la guardia y es tan importante el recibimiento como la despedida. Debemos sonreír y ser amables desde que tomamos nota de la reserva telefónica, pues nuestra sonrisa y actitud positiva al teléfono la notará el cliente desde el otro lado del teléfono aunque no nos vea.
Por supuesto sonreiremos al recibir al cliente en nuestro establecimiento. Será nuestra mejor carta de presentación y transmitiremos con ello confianza y seguridad. Sonreímos porque nos alegra recibir a los clientes en nuestro restaurante. Tenemos mucho que agradecerles, ya que gracias a su visita tenemos trabajo. Nos alegra que hayan elegido nuestro restaurante de entre toda la amplísima oferta existente y no les podemos defraudar.
Muchos trabajamos en esto porque es nuestro oficio, y tenemos la suerte de hacer lo que nos gusta. Somos afortunados de dedicarnos a lo que nos apasiona. Sonreímos porque nos gusta lo que hacemos, nos encanta que los clientes disfruten de nuestro restaurante, de nuestra cocina, de nuestro servicio; que se marchen con ganas de volver.
Por supuesto puede haber días malos, discusiones con tu pareja, problemas varios, pero al empezar el servicio debemos tratar de dejarlos de lado y afrontarlo de forma positiva, porque si no lo hacemos transmitiremos pesimismo y negatividad al cliente. Al fin y al cabo somos “actores” de una nueva obra que se repite en cada servicio, y el cliente no tiene por qué sentir o sufrir nuestros problemas. Sé que lo que digo no es sencillo, pero hay que tratar de desconectar y sonreír aunque hayamos tenido un mal día. Si un cliente o un superior nos llama la atención, seguramente nos enfadaremos en un primer momento, pero debemos ver esa llamada de atención como una nueva oportunidad para mejorar. Sonríe, muéstrate positivo y soluciona el problema con rapidez y efectividad. Al sonreír, nuestro estado de ánimo mejorará y el cliente no verá una mala cara.
Sonríe a los Compañeros:
Debemos de mantener una buena comunicación con nuestros compañeros, amable, distendida antes del servicio pero discreta y gestual durante el servicio. Nuestro gesto amable y nuestra sonrisa nos ayudará en la comunicación, sobre todo en aquellas situaciones tensas que se puedan dar durante un servicio.
Es de todos sabida la “rivalidad” entre sala-cocina. Se trata de algo que nunca he comprendido, pero que por mi experiencia he conseguido llevar de la mejor manera posible gracias a mi actitud positiva y a mi sonrisa. Si sonríes una y otra vez, aunque al principio no sea una sonrisa recíproca, llegará el día que al final te será devuelta. Cerca de un 50% de la gente devuelve el gesto.
Alguien me dijo una vez: – Yo vengo aquí a trabajar, no a hacer amigos. A día de hoy es amigo y nos respetamos. No hay nada mejor que trabajar en un equipo donde el ambiente sea positivo, todo fluirá mucho mejor.
Creo que el secreto está en disfrutar de lo que uno hace, sentirse bien trabajando. Me encanta encontrar compañeros/as trabajando que disfrutan con lo que hacen. Su semblante y su sonrisa los delatan. Si no te gusta lo que haces, si ya no te llena y te hace estar a disgusto, cambia de trabajo. No es fácil desde luego con la situación laboral actual pero comienza a moverte, porque cuanto antes empieces, antes encontrarás otro trabajo que te haga dar un giro a tu vida y dedicarte a aquello que te llena. La vida es demasiado corta para estar todo el día disgustado por estar trabajando donde no te sientes realizado. Ni los clientes ni los compañeros tienen que soportar tus malos gestos por ello. Sonríe a la vida y la vida te sonreirá.
Alejandro Rodríguez Sánchez-Pardo
Mâitre .La Terraza del Casino.
Genial post!!!
Gracias Ana, el poder de la sonrisa…